En los anélidos se distinguen apéndices locomotores (parápodos) que están provistos de quetas o sedas (formaciones filiformes semejantes a los pelos). Según el grupo, poseen mayor o menor cefalización (concentración de tejidos nerviosos en la cabeza), más acusada en los poliquetos, que disponen de apéndices cefálicos capaces de recibir estímulos, y que también se relacionan con la alimentación.
Estos animales pueden desplazarse mediante movimientos peristálticos, es decir, realizando contracciones coordinadas de los músculos circulares y longitudinales que posee.
El aparato digestivo es completo, con regiones diferenciadas: faringe, esófago, estómago, intestino y recto. El aparato circulatorio está compuesto de dos vasos principales longitudinales y cerrados, uno dorsal y otro ventral, con otros dispuestos transversalmente que los unen. La función del corazón la realizan unos vasos muscularizados anteriores (a modo de pequeños corazones). La sangre contiene pigmentos similares a la hemoglobina capaces de captar oxígeno. El aparato respiratorio funciona branquialmente en muchos anélidos de la clase poliquetos, siendo cutánea en el resto. El sistema nervioso es más complejo que en otros grupos precedentes, dada la importancia que supone el sistema locomotor.
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